Desde que BSM asumió la gestión del Park, hemos sido espectadores de la tragedia que está detrás de la contratación, muchas veces insuficiente para la actividad y traspasando los límites de la precariedad, con perversas consecuencias de inestabilidad e inseguridad laboral:
En noviembre de 2019 desde CCOO denunciamos que 10 personas estaban contratadas en fraude de ley, ya que la causa de su contrato no era correcta, puesto que las personas a las que sustituían no tenían derecho a reserva de puesto desde hacía más de un año. Es por ello, que exigimos a la Dirección que corrigiera el error y como consecuencia, estas personas pasaron a tener un contrato indefinido.
En marzo de 2020 llegó la gran crisis sanitaria, con un ERTE para todas las personas trabajadoras, obligadas a quedarse en casa, sin saber cuándo ni cómo volveríamos a trabajar.
Tres meses más tarde, se anunció a bombo y platillo, la reapertura con la nueva regulación de la totalidad del parque (pasando de 1,2 hectáreas a 17) y una futura contratación de 80 personas... Solo fue un espejismo.
El escaso personal se veía sobrepasado por la cantidad de trabajo a absorber, provocando numerosas bajas por estrés y ansiedad, que, junto con el trato despótico de sus mandos, provocó que la presión alcanzara límites insospechables.
Las consecuencias de la crisis sanitaria empezaron a mitigar y el número de visitantes empezó a aumentar y, aunque tarde, la Dirección del Park empezó a contratar a personal eventual para lo que ellos llaman temporada alta, pero se vieron desbordados por la afluencia de visitantes y decidieron ampliar, otra vez de forma temporal, al personal operativo hasta finales de diciembre de 2021.
Llegado este momento, y al ver que la afluencia no solo no descendía, sinó que aumentaba, decidieron hacer la “purga” de no renovar a 6 personas de las 13 que quedaban en diciembre, y acto seguido, a 1 de enero de 2022, contratar a 15 personas, 7 de las cuales están a tiempo parcial y 8 a tiempo completo. Como consecuencia de la inestabilidad e inseguridad que provoca esta pésima política de contratación, muchas personas están huyendo del Park Güell, ya sea pidiendo una excedencia o la baja voluntaria. Algo que nos parece un problema muy grave.
Es inaceptable este periodo de prueba constante en el que trabajar bien no es suficiente, pues al final, es la Dirección de la empresa la que decide caprichosamente quien se queda y quien se va.
Es inaceptable que se externalicen funciones inherentes a nuestra actividad, mediante empresas de servicios (disfrazadas de empresas de seguridad) con la única lógica de poner a disposición de BSM, personas con peores salarios y condiciones laborales.
Desde CCOO haremos lo necesario para implementar la nueva normativa sobre contratación, aprovechando la oportunidad, para conseguir estabilidad en el empleo y seguridad en la trayectoria profesional de todas las personas que trabajen en BSM.
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