3 semanas han pasado ya desde los atentados de Barcelona y Cambrils, y la prensa ya ha substituido titulares dando paso a otras noticias de mayor actualidad.
Mucho se ha escrito sobre los “héroes anónimos de Las Ramblas”;
las personas que estaban en el lugar y atendieron a las víctimas, los
traductores que se ofrecieron a ayudar, los donantes de sangre que se
amontonaron en los hospitales, y muchos de los detalles de solidaridad que
tuvieron los ciudadanos con las víctimas y sus familiares.
Por nuestra parte, entendemos que hemos de contar la historia
de 3 compañeros de la Zona Azul de Barcelona que se encontraban muy cerca de
las Ramblas en el mismo momento del atentado. 2 vigilantes y 1 encargado que, de forma
inmediata, se pusieron a disposición de la Guardia Urbana y los Mossos d'Escuadra.
Dado que la
máxima urgencia en ese momento era detener al terrorista, y aprovechando que
nuestros compañeros iban perfectamente uniformados, la policía les pidió que se
encargasen de cortar los accesos al lugar desde la Plaza Universidad y Calle
Pelayo, tarea que, yendo mucho más allá de su deber, cumplieron a la
perfección, recibiendo por ello, el agradecimiento posterior de la policía.
Hay que ser muy valiente para verse rodeado de policías arma en la mano, equipados con chalecos antibala, sabiendo que hay un
terrorista muy cerca y cumplir con lo que la policía les pidió, armados
únicamente con el coraje de querer ayudar.
Sin duda, todos los empleados municipales tuvimos que ser valientes para salir a trabajar al día siguiente, siguiendo las directrices de “hay que dar normalidad”, pero entre todos ellos hemos querido destacar la actuación de estos 3 compañeros, para los que el Comité de Empresa ya ha solicitado algún tipo de reconocimiento por parte de BSM.
Como suele ocurrir, la actuación de muchos ciudadanos anónimos
se quedan sin el reconocimiento público que se merecen, sin duda, porque cuando
actuaron no lo hacían por buscar protagonismo, no lo hacían esperando una
recompensa posterior, sino que simplemente cumplieron con aquello que
consideraban su obligación, y eso es lo que realmente les hace grandes como
personas. Vaya desde aquí nuestro reconocimiento y agradecimiento por su
ejemplar comportamiento.
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